jueves, 25 de febrero de 2016

Diego Roel



Diego Roel (Temperley/La Plata, Buenos Aires), Vía Lucis, Buenos Aires, Ediciones del Dock, 2015.



















Lengua ignota

Pero,
¿cómo decir al mismo tiempo
que cuerpo que madre que padre
que madre que cielo que puerto del aire
que cielo que luz dorada del padre
que pozo que madre que cuerpo del padre
que padre que dios que cielo que madre
que madre que luz del pozo del aire
que cuerpo que luz que cuerpo que luz
             madre?

¿Cómo decirlo? 










Svicias

Yo no soy instruida:
sólo escribo lo que oigo y veo.

Hablo de un camino que se abre en el desierto,
de manantiales de agua en un país extranjero,
de un hombre con ojos de barro.

Hablo de Aquel que extendió los cielos
   y fundó la tierra,
del que cumple siempre sus oráculos.

Sólo escribo lo que oigo y veo.










Carta a Richardis von Stade

Somo como un pétalo que cae de una flor.

Toda persona, de un momento a otro
cede y tiembla.

Como una huérfana
me has abandonado.










Sinfonía

¿Dónde sonará la voz de tu inaudita melodía?

¿En qué cielo o alto mar,
en qué temblor de madre o tierra?

¿En qué refugio o carne que se fuga?

¿Dónde sonará la voz?
















martes, 23 de febrero de 2016

Diego Colomba



Diego Colomba (Santa Fe), Chispero, ilustraciones de Laura Oriato, Rosario, Libros Silvestres, 2016.



























Ocurrencia

Bicho bolita:
también hay maravillas
de piedra y barro.









Una pasión

Se estrellan
contra el farol
los cascarudos.

Como si quisieran
comer
la luz

Se les pasa
el mareo
y arremeten
atrevidos.

¡Los testarudos!









Zumbidos veraniegos

¿Qué cálidos
secretos
cuchichean
esos bichos
a la hora
de la siesta?









Ocurrencia

La lagartija
como un recuerdo súbito
trepa en el muro.































lunes, 22 de febrero de 2016

Laura García del Castaño



Laura García del Castaño (Córdoba), Los demonios del mar, Buenos Aires, Ediciones del Dock, 2015.




















el secreto del amor

¿te hablé del amor?
¿de la crin filosa que a tu mano se enhebra?
¿cómo se ama?
¿cómo se administra una avalancha?
¿has visto una carrera de galgos?
el secreto está en la largada
me dijo un experto
en bestias de aspecto sencillo y voluntad poderosa
en rostros escuálidos
de oídos sordos y piel clarividente
el secreto de la nieve
está en apartarla hasta que duela
él es un viejo hábil
le gustan las mujeres que cambian
de gris a azul metalizado
como la reina mora
es un pastor de la conversación
un fanático de las mutaciones
que exigen derrumbamiento
un jardinero de la espera
esperar que la maleza estalle
esperar que al galgo le brote la gloria dentro
esperar que el amor flote en un vaso
como un insecto inevitable
los galgos no son perros cualquiera
son esquimales altivos
que hablan otro idioma
guerreros de flacidez absurda
ángeles de otra siembra
poco corpulentos nada creíbles
y sin embargo miran un punto
siempre hacia adelante
correr desagotando la huida
hacia una meta trazada
por un experto en mutaciones
¿te hablé del amor?
¿de su crin fabulosa que se aprieta como la nieve?
un día es un perro marrón, silvestre, cabizbajo
al otro es un galgo
alto, azul y prepotente
no 
el secreto de las carreras
está en sus mezquinas alianzas
para dejarse atrás
las cabezas se estiran
sobre la línea se traicionan
cambian
de azul metalizado a ceniza











nadie te conoce

no saben cómo
dispones la risa, moderas el hambre
controlas el celo
la voracidad de la carne
no saben dónde
clavarías la lanza
si eres quien da o quien bebe
del veneno
lo inesperado es un mundo de ciegos
mirando el mar
esta habitación, la ropa sucia
tu dolor de espalda
que rujas como un niño maldito
no sugieren nada
sobre el corazón más tierno
sobre el bonsai más soleado
se esparce el musgo
florece la catástrofe










el sabor de lo deshecho

ahora que vacilamos
como dos trozos de madera en el mar
el oleaje nos distancia
a una medida en la que podemos sentir
la resignación
una fuerza de tempestad mayor
a nosotros mismos
la respiración del destino
que nos quiebra
algo insiste entre nosotros
y con esa ansiedad
alimenta este muerto
porque lo perecedero se impregna mejor
en el vacío
lo sabemos nosotros y ese perro callejero
que desgarra
el sabor de lo deshecho
























domingo, 7 de febrero de 2016

Ricardo Costa


Ricardo Costa (Neuquén), Crónica menor (antología mezquina), Neuquén, Ediciones con doble zeta, 2015.























De Fenómeno natural (2012)


Fenómeno natural

En esta parte del mundo el viento entristece la luz.
Cada vez que sopla contra la casa, nada parece merecer
la más mínima contemplación.
Yo pensaba que una familia entera estaría abrazándose
ahora mismo bajo las cobijas, rogando por la clavadura
de las chapas contra el techo.
Ruedan botellas entre los yuyos y se desgaja la ropa colgada.
Un pollo escapa y resiste bajo el piletón de lavar.
Todo el aliento muerto de la miseria se ahoga contra esas
cuatro paredes.
Sin embargo, en apoyo oblicuo contra el viento,
la hija sale de la casa, se acurruca junto al pollo
y comienza a cantarle suave.
A pesar del temporal, ella cree que el amor es un fenómeno
natural que habita en lo más pequeño de la estepa.
Por eso abraza al animal y se convence de que la brutalidad
del aire es un mundo vacío que va muriéndose de a poco.








De Mundo crudo (Patagonia satori) (2005)


Patagonia satori

Abandonado junto a un viejo Renault gris
en el kilómetro mil quinientos setenta y ocho,
él teme que su reflexión no incluya al mundo
ni a ninguna discusión que afecte la problemática
del ser y del no ser.
Duda y su reflexión se pliega a la deriva del jote
que sobrevuela la sequedad de este páramo.
Tanto desde arriba como desde abajo, hombre y pájaro
se demoran contemplando una extensión infinita.
Para el jote, el ritual culmina cuando descubre el objeto deseado
y su vuelo se inclina para precipitarse sobre la víctima.
En cambio para él todo comienza cuando entiende
que no existe otro objeto deseado
más que los motivos de su propia existencia.
Entonces reconoce que una filosofía inquietante
no debería cargar con el cuerpo de alguien que propone
una conjetura débil entre tanto abandono.
Así regresa al punto del cual nunca debió partir, el cual acepta
como destino del único mundo que le toca vivir, el que escucha
masticar al ave mientras la ruta continúa desierta,
mientras el tiempo se eterniza en una poética del silencio
y la espera vuelve a oscurecerse porque el pensamiento
no progresa y aquí no ha pasado nada.


Jote: Ave de rapiña, especie de buitre, típica de la fauna patagónica.










Odiseo house

Deja de ser él cuando entra en la casa.
Es otro al abrir la puerta y reclamar por alguien
que no se encuentra allí esta noche.
Unas pocas partes de luz reposan en el pasillo, en los cuartos,
en la cocina que mantiene un fuego bajo junto a la cafetera.
Cierra la llave de gas y sólo escucha un mundo vacío.
Sin embargo él y esa ausencia conforman un todo
que se detiene en el más absoluto silencio.
Una vez, sentado en ese sillón y agotado por la fiebre, le escribió
una carta a su padre muerto y recorrió una vida que desconocía
a través de la palabra.
El invierno pasado, mientras peinaba a su hijo en el baño,
vio por la ventana al mundo purificándose bajo la nieve.
Ahora nada de eso es real y todo sigue registrándose
en la letra chica de su historia.
Lo triste es que por debajo de la mesa del comedor
el perro se sacude la modorra y viene hacia él
moviendo la cola.
Aunque uno haya entrado una vez más a la misma casa,
alguien nos reconocerá como venidos de un viaje lejano,
y eso no siempre es bueno cuando se comienza a creer
que lo sucedido ya no existe.
Pero el perro le lame la mano y ese reconocimiento del mundo
lo apena, lo deja tan expuesto como la puerta que vuelve
a abrirse para que una mujer entre, pregunte por él
y no obtenga más respuesta que una voz
pronunciando su nombre desde un lugar antiguo
que no muere.










De Veda negra (2001)


Puntos de vista

La forma más sencilla de celebrar una fundación
es marcar un punto junto al vacío.
Un punto es una partícula del todo imponiéndose
sobre la nada.
Un punto establece el origen de todas las formas
que caben en el universo, y el universo se mueve
sobre una sucesión de puntos encadenados
en el espacio.
Sobre uno de estos puntos estamos nosotros,
abrazándonos y girando en un vacío que nos mantiene
flotando sobre un silencio absoluto.
Pero lo mejor de esto no es el silencio ni lo absoluto.
Lo mejor de esto es que nadie sabe que flotamos
porque obedecemos una ley fundamental.
Creo que ese es el punto: flotar abrazados a la idea de la nada
mientras los cuerpos se mueven
y la fundación se convierte
en un acto de amor junto al vacío.










Velocidad crucero


El pensamiento se queda con esta imagen:
un pedazo de ropa clavada en el alambrado
y sacudida  por el viento.

El ojo es ambicioso.
Se queda con la curva que forma la ropa en el aire.
La púa del alambre tiene mucho de lenguaje.
Se aferra a cada fleco del trapo
como la palabra a la idea
que está próxima
a rasgarse.

El alambrado se continúa poste tras poste
y la distancia entre pensamiento y lenguaje
se borra en el último punto de la ruta.
Una recta en el desierto no dice nada
porque ahora la distancia se ha convertido
en un plano donde todo es lejano,
donde todo está por suceder,
mientras el pensamiento transcurre
en la mirada del que conduce. 

Este trapo fue la vestidura de alguien que alguna vez
también condujo por esta desolación y que también
tuvo un pensamiento alambrado por el lenguaje.
Entonces, el tiempo real del pensamiento
no es la púa que desgarra el trapo
ni el viento colgado en una curva.
Es la mirada del que conduce
buscando en el horizonte
un lenguaje a donde
llegar.










De Teatro teorema (1996)


Mundo terrible la geometría.
Todo lo que resta es un círculo,
una línea volviendo a su origen,
una figura creada para sabernos
sobre un espacio seguro.

Todos contemplamos la redondez
de esa línea, pero festejamos el vacío,
no la línea.

Así nosotros: un punto sobre otro.

Imprudente ciencia, dicen, y alguien
olvida la luz; ama la sombre que borra.

Entonces la geometría estalla.










De Homo dixit (1993)


Homo dixit

Cuando muera, el mundo se convertirá en un grano
minúsculo de mi bolsillo.
Por lo tanto, nombrarte será fácil pero pequeño.
Como esas cosas que suceden cotidianamente:
la lluvia, el polvo, la silueta de la memoria.

¿Crees que el silencio pueda con ella?
Con la memoria, digo.

Por ejemplo, ahora viene mi perro, apoyo su hocico
sobre mi pierna y su mirada habla de algo que sé.
Entonces la mano actúa para protegerse de sí mismo.
Simula una caricia sobre la cabeza de la mascota.
Un perro que espera algo por temor a que los dedos
un día falten y el vacío se vuelva holgado,
generoso como la tierra.
Suficiente para contener un único grano
que se asemeje a tu nombre.










De Casa mordaza (1990) 


Al aire

Venía a protegerme
a decirme basta ya está bien de estas cosas
a cortar los gajos de una noche que deseaba
como la boca tuya
la palabra arrojada bajo la lámpara
la voluntad perversa del desafío
mientras el tiempo se posa
y es incapaz de sugerir una gota de escándalo
cuando se acerca a la casa y espía sobre el hombro
cosas que distraen y pasan desbocando el polvo
que nadie finalmente camina









































viernes, 5 de febrero de 2016

Selva Dipasquale



Selva Dipasquale (Buenos Aires), La sombra de la mano, Buenos Aires, Zindo & Gafuri, 2015.









Por más que se ubique una piedra pequeña y negra en el centro de la reverberación circular nos despedimos en la turbulencia –sin memoria– arrasadora de nuestra raíz oscura que ahora navega hacia una oscuridad mayor.

La textura del oleaje
hace nacer una mujer
con brazos de hojas puntiagudas y cabeza de luna nueva.
La textura de la luz de la luna nueva
hace nacer
un oleaje.











El corazón se escarpa y en las nubes se abren bocas para aullar.
Por más que se hunda la mano en la tierra
en el cielo
en la misma piel
la muerte queda

de relieve.










Pequeños objetos en flotación:
¿vienen de la raíz del mundo?
vidrios, residuos, huesos
el crack de las cosas
pequeños mundos
delicados, humanos
construidos
con atención
buscando dónde anclar
su propia raíz.










Cuerpos sobrevivientes la línea de agua hasta los ojos cuerpos
hinchados    de   agua   desprendiéndose   del   muro   cuerpos
descascándose  la  memoria  de  las  cosas  cayendo  las  cosas 
retumbando.



















martes, 2 de febrero de 2016

Alberto Cisnero


Alberto Cisnero (Buenos Aires), Ajab, Barnacle, Buenos Aires, 2016.





















1-

aquí dentro consignan en el papel
que entre pagar y ser pagado existe
la diferencia del mundo y se consigna
también la vida, el raro dato, de un hombre
en un solo volumen, y si usted
se comide a la inspección de ese mundo
tembloroso, se hundirá sin recuerdo
en torno a otros tipos que emprenden
su derrota hacia el sur, alborotando
una ballena, cuyo cuerpo congrega
todos los colores, y no es por demás
conozca el mar. como llegó a suceder.







2-

es la noche que profiero y titila
sobre mi cabeza simétricamente
la constelación y en un mismo tono
de estupidez y regocijo encrepo
al mar, oyendo su música intacta,
cosas finidas y compuetas por huesos
y sueños y que no han de volver
con el trémulo albor o la espuma
sucia de la marea.







3-

pero adiciono, a la serie interminable,
entre escombros de coral derrumbado,
otro atisbo, mientras la velocidad capta
y difumina la aspersión de un débil
cúmulo de sal, sangre vertida otrora.
yo no sé si es bueno o malo a la manera
mejor de agradecer cuando en un sueño
nos es revelado un nombre, invocarlo.







4-

había una vez un hombre (treinta y dos años
de temerse y de pernoctar bajo los puentes)
que, sin atinar a explicarse de la riqueza
de los ricos y de la miseria del semejante,
la función social de la tierra o si viviría
más allá de ese día, en el contraluz ambulaba
apartando moscas lánguidamente. él estaba
loco y era un asesino, y vio allí algunos barcos.







5-

nada tenía ni lo iba a tener jamás.
en su historia él incitaba las negras cuentas
de un gregario, tan poca caridad y amor
tan poco, empeñado en ver extinguirse
las estrellas, circuirlas sin protestas hasta
dejar inactivo el pasado. y lo mismo
si hubiera ocurrido todo de nuevo
o de otra manera, sonreiría al contemplarte.